«Es más fácil que un camello pase por el ojo de una aguja, que un rico entre en el Reino de los Cielos». Mateo 19, 23-30
Pues yo tengo la impresión (mira que es difícil) que es más fácil encontrar aficionados al fútbol que le reconozcan el mérito del éxito a su eterno rival antes que a un cofrade que reconozca el mérito a una hermandad que no sea la suya.
No quiero decir con esto que no los haya. Claro que los hay, pero me da la impresión que se está convirtiendo en un bien que escasea frente a otra gente que… bueno, dejémoslo ahí.
Alguno hasta ataca de forma despectiva: «Ya coronan a cualquiera» «los nuevos ricos» Porque ya se sabe… mucho partirse la camisa y condenar el clasismo en las hermandades pero después te sueltan un alegato que, a resumidas cuentas, es un «esta gente de Santiago quien se creen que son» Pues nada más y nada menos la hermandad que más ha incrementado su número de hermanos y nazarenos (un 350%) en los últimos veinte años. Aspecto que ha repercutido también en su obra social. Y teniendo sede en el Centro, es más mérito todavía.
Otros optan por un «la coronan a Ella porque no pueden coronarlo a Él». Les voy a dar un dato a estos indocumentados: Desde su fundación hasta ahora, la cofradía ha sacado siempre un número superior de tramos y de antifaces verdes que de morados. Otra cosa es que tú, como público creas que una imagen tiene más tirón por su maravilloso misterio, su forma de andar y su magnífico acompañamiento musical. Pero, miarma, ya se que te cuesta entenderlo , ya se que no das para más, pero una hermandad es mucho más que el gusto de un público el día de su salida procesional.


