En un pequeño retablo de la Iglesia de San Isidoro podemos encontrar uno de los tantos crucificados que no procesionan por las calles de Sevilla.
Se trata del Stmo. Cristo del Perdón, una imagen que data de 1614 y cuya autoría pertenece a Francisco de Villegas, el que fuera ayudante de Juan Martínez Montañés.





